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Fisioterapia

TRATAMIENTO DEL DOLOR

¿Qué es el dolor crónico?

El dolor crónico se define como aquel que persiste más allá del tiempo de curación del tejido dañado, generalmente más de 12 semanas. Este tipo de dolor no solo afecta al cuerpo, sino que también tiene un impacto significativo a nivel psicológico. Puede aumentar la discapacidad, la ansiedad, la depresión y los trastornos del sueño, reduciendo considerablemente la calidad de vida de quienes lo padecen.

En la actualidad, el dolor crónico tiene una prevalencia media del 20 % en adultos, una cifra que aumenta con la edad, llegando hasta el 62 % en mayores de 75 años.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera un problema de salud pública global, especialmente en países con niveles socioeconómicos más bajos. Además, identifica factores de riesgo modificables, como el tabaquismo, el consumo de alcohol, la mala nutrición, el sobrepeso y el nivel de actividad física. Como fisioterapeutas, nuestro enfoque principal se centra en promover la actividad física adecuada, aunque el abordaje del dolor crónico siempre debe ser multidisciplinar.

¿Cómo debe realizarse la actividad física?

La actividad física y el ejercicio deben adaptarse a las necesidades individuales. Una intervención mal diseñada, que no considere el estado de salud actual, la condición física o la progresión gradual del paciente, podría causar efectos adversos.

Aunque el ejercicio regular ofrece grandes beneficios en personas con dolor crónico, las respuestas pueden variar, especialmente al inicio del tratamiento. En esta etapa, algunas personas experimentan un aumento temporal del dolor, en ocasiones relacionado con la kinesiofobia o miedo al movimiento.

Los pacientes que han convivido con el dolor durante largos periodos pueden desarrollar un temor intenso a mover la zona afectada. Por ello, es crucial educar al paciente sobre cómo funciona el dolor, para fomentar su confianza y adherencia al tratamiento.

La prescripción de ejercicio debe ser estructurada y supervisada por un profesional capacitado, asegurando que cada intervención genere resultados positivos y sostenibles.

Efectos de la actividad física en pacientes con dolor crónico

En las últimas décadas, la perspectiva médica sobre el tratamiento del dolor ha evolucionado, dejando atrás el reposo prolongado y promoviendo la actividad física como clave para la recuperación.

El ejercicio puede reducir la intensidad del dolor crónico asociado a diversas afecciones, como trastornos cardiovasculares, metabólicos, óseos y neurodegenerativos. Además, mejora la salud física y mental de manera general.

Estudios recientes han demostrado que una sola sesión de ejercicio puede aumentar la producción de opiáceos endógenos —sustancias naturales del cuerpo que disminuyen el dolor—, logrando un alivio transitorio. Si el ejercicio se realiza regularmente, este efecto puede convertirse en una reducción duradera del dolor.

El ejercicio también fomenta la participación activa del paciente en su recuperación, aumentando su autoeficacia y capacidad de autocuidado. Esto puede reducir la dependencia de tratamientos farmacológicos o quirúrgicos y disminuir el uso de servicios sanitarios.

Cada vez son más frecuentes los programas de actividad física enfocados en tratar afecciones de dolor crónico como la artritis, fibromialgia, dismenorrea, lumbalgia crónica y algunas enfermedades oncológicas.

Tratamiento en pacientes con dolor crónico

En Kinessalud, nuestro objetivo es doble:

  1. Recuperación del sistema musculoesquelético afectado: Mediante tratamientos manuales y técnicas especializadas, buscamos aliviar el dolor y restaurar la funcionalidad del cuerpo.
  2. Prevención y educación: Enseñamos a nuestros pacientes a comprender cómo funciona su cuerpo y qué provoca el dolor. De esta forma, fomentamos su participación activa en el proceso de recuperación, asegurando que los beneficios se mantengan a largo plazo.

El cuerpo humano es una máquina sofisticada. Cuando se descontrola, es fundamental entender qué está ocurriendo y por qué. Nuestro enfoque se basa en tres leyes fundamentales:

  • Equilibrio: Mantener un balance físico y emocional, ya que ambos están estrechamente relacionados.
  • Economía: Gestionar eficientemente nuestra energía para realizar las actividades diarias sin agotar nuestros recursos.
  • No dolor: Corregir los desequilibrios en el cuerpo para evitar que estos se conviertan en fuente de dolor.