Revisión osteopática en recién nacidos
La importancia de la revisión osteopática en recién nacidos
La importancia de la revisión osteopática en recién nacidos
En el momento del nacimiento, el cráneo del bebé aún no ha completado su desarrollo y presenta estructuras flexibles como las fontanelas, conocidas comúnmente como «molleras» o «puntos blandos». Estas estructuras permiten que el bebé soporte las presiones durante el paso por el canal del parto sin que su cerebro se vea dañado. Sin embargo, estas mismas presiones pueden generar tensiones y distorsiones craneales que, de no tratarse, podrían derivar en problemas a lo largo de su vida.
CRÁNEO DEL RECIEN NACIDO
Las suturas y fontanelas son tejidos elásticos, fibrosos y fuertes que unen los huesos del cráneo del bebé. Estas estructuras permiten que los huesos se superpongan durante el parto, facilitando el paso por el canal sin presionar ni dañar el cerebro. Además, son fundamentales para el desarrollo y crecimiento del cerebro en sus primeros años de vida.
En un recién nacido, observamos dos fontanelas principales:
- La fontanela posterior: Situada en la parte trasera de la cabeza, que se cierra generalmente en los primeros meses de vida.
- La fontanela anterior: Ubicada en la parte superior de la cabeza, que suele cerrarse entre el primer y segundo año de edad.
Estas estructuras gradualmente se convierten en áreas óseas cerradas y sólidas a medida que el bebé crece. Durante este periodo, cualquier tensión o distorsión puede afectar su desarrollo.
El parto: el primer traumatismo
Las altas tensiones y presiones músculo-óseas que puede sufrir el bebé durante el parto, ya sea natural o instrumental, convierten este momento en el primer traumatismo que experimenta. Estas presiones pueden provocar solapamientos o acabalgamientos de los huesos del cráneo, tensiones en las meninges y disminución del tamaño de los agujeros craneales, entre otros efectos.
Si bien muchas de estas tensiones se resuelven espontáneamente gracias a mecanismos naturales como el llanto, la succión o la capacidad innata de autocuración del bebé, en otros casos es necesario intervenir mediante osteopatía para liberar estas disfunciones.
Es importante destacar que el uso de material instrumental (fórceps, ventosas, etc.) en partos vaginales o cesáreas incrementa el riesgo de lesiones, haciendo que una revisión osteopática sea altamente recomendable.
Beneficios de la revisión osteopática
Detectar y tratar estas disfunciones en los primeros meses de vida es un pilar fundamental de la medicina preventiva osteopática. La revisión temprana contribuye al bienestar del bebé y favorece un desarrollo psicomotriz equilibrado. Además, puede aliviar y prevenir diversas patologías como:
- Plagiocefalia (deformidad del cráneo).
- Tortícolis.
- Obstrucción del conducto lagrimal.
- Tibias varas.
- Estrabismo (trastorno ocular).
- Problemas digestivos como cólico del lactante, estreñimiento, gases o reflujo gastroesofágico.
- Problemas respiratorios como bronquitis, asma o catarros frecuentes.
- Dificultades en la succión (asimetría en la boca o preferencia por un pecho).
- Irritabilidad, insomnio o alteraciones del sueño.
- Displasia de cadera.
- Escoliosis: El 90% de las escoliosis infantiles son idiopáticas. Para la osteopatía, estas pueden estar relacionadas con torsiones craneales al nacer y son fácilmente corregibles a esta edad.
La osteopatía pediátrica: un enfoque suave y eficaz
La osteopatía pediátrica utiliza técnicas manuales suaves, no invasivas y sumamente eficaces que producen cambios profundos en el cuerpo del bebé o niño. Estas técnicas ayudan a que los distintos sistemas del organismo (nervioso, inmune, muscular y circulatorio) trabajen de manera eficaz, aportando un nuevo equilibrio.
El tratamiento craneal mejora la elasticidad y plasticidad del cráneo, favoreciendo un desarrollo óptimo y corrigiendo posibles crecimientos anormales. Además, permite cambios positivos en las pautas de sueño, los hábitos de amamantamiento, los estados emocionales y el bienestar general del bebé.
Cuándo realizar una revisión osteopática
Es recomendable realizar la revisión osteopática antes de los seis meses de vida, ya que las fontanelas aún están abiertas y las tensiones son más fáciles de corregir. Cuanto más precoz sea el tratamiento, menores serán las tensiones acumuladas y más rápida la corrección.
Los bebés y niños, al igual que los adultos, pueden experimentar dolores articulares, viscerales y cefaleas, además de sufrir estrés o alteraciones emocionales. Dado que no pueden expresar directamente lo que les ocurre, es fundamental observar su comportamiento: llanto constante, dificultad para dormir, regurgitación, falta de apetito o problemas respiratorios son signos que podrían indicar la necesidad de una revisión osteopática.
Conclusión
En nuestra clínica recomendamos realizar una revisión osteopática después del nacimiento para detectar y liberar posibles tensiones. Este enfoque complementa las revisiones pediátricas tradicionales y es esencial para garantizar el bienestar y desarrollo equilibrado del bebé.
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